Así es Oceanika, el mayor edificio construido en madera en el sur de Europa levantado en Torremolinos

Nuovit, Herysan, Egoin, EOSS y Bakpak Architects presentan en la feria Expoconstruye este proyecto que está a un mes de entregarse

Las constructoras andaluzas ven en la falta de personal el principal reto que debe afrontar el sector

Estado en el que se encontraban las obras en septiembre del proyecto Oceanika en Torremolinos, la mayor construcción en madera del sur de Europa

Oceanika es un proyecto paradigmático de la construcción industrializada que tanto terreno va ganando dentro del sector. Un caso de éxito, tal y como lo ha vendido en su programación la feria Expoconstruye que se ha celebrado durante esta semana en el recinto de Ifeca en Jerez y que lo ha dotado con uno de sus premios, el de Proyecto Sostenible. Y es que este futuro inmueble de uso turístico que se ha levantado en Torremolinos con un plazo de ejecución previsto de tan solo 14 meses es un proyecto innovador por varias vertientes pero, sobre todo, por ser el mayor construido en madera en el sur de Europa.

La estructura se ha armado gracias a los 3.500 metros cúbicos de madera suministrados por la vasca Egoin, los 180 baños se han ensamblado tras traerlos completos de fábrica la gaditana EOSS, la planta basada en la modularización y la integración en la ciudad con sus 65.000 metros cuadrados de espacios libres han sido diseñados por la empresa sevillana Bakpak Architects, mientras la construcción y ensamblaje de todos los elementos la está culminando la constructora malagueña Herysan.

Pero los participantes en esta iniciativa reconocen que la valentía para romper moldes y "lanzarse" a realizar un proyecto pionero como este hay que agradecérselo a la promotora malagueña Nuovit. El edificio cuenta con 15.000 metros cuadrados construidos divididos en cinco plantas, con zonas de espacios comunes para gimnasio, piscina, comedor, zona de desayuno, lavandería y coworking además de los 180 apartamentos de coliving que comenzará a gestionar a finales de año la empresa alemana Habyt, especializada en la gestión del alquiler por estancias cortas.

El 15 de diciembre es la fecha que tienen subrayada en el calendario, de ahí que la obra esté dando sus últimos retoques de finalización en la zona de Los Álamos donde un hotel estuvo años cerrado. Con las mejores certificaciones de sostenibilidad, sistemas de seguridad e integración paisajística, este edificio se ha llevado el premio en la edición de este año a la construcción en madera de Rebuild.

Además de la reducción de los plazos constructivos, que el subdirector general de Nuovit, Luis Acacio, ha cifrado en unos seis meses, las razones que han llevado a la promotora a apostar por la industrialización para levantar el edificio se basan en la calidad controlada en el origen -"puedes visitar la fábrica para ver qué están haciendo y qué es lo que vas a colocar luego en la obra"- y el impulso a la imagen corporativa "incidiendo en este cambio paradigmático en el sector de la construcción". Subraya además que supone una diferenciación en el producto, mostrando el edificio la mitad de su estructura en madera.

Vista del proyecto Oceanika en Torremolinos en la última fase de construcción
Vista del proyecto Oceanika en Torremolinos en la última fase de construcción

Un proceso constructivo que no ha estado exento de complicaciones, tal y como expresa el promotor, con algún retraso una vez terminado el proceso industrializado por razones climatológicas y afectado por la inflación que han supuesto unos incrementos de materiales del 25%, lo que hubiera igualado el presupuesto en caso de haberse optado por el hormigón.

Desde la constructora Herysan, su director general Juan Carlos Hervás destaca que no han tenido que lamentar ningún accidente y que la construcción industrializada reduce estos riesgos frente a la ejecución normal con ladrillo y ferralla. "Ha sido una obra muy limpia, sin acopios ni andamiajes". Subraya también la facilidad que supone alcanzar a través de una grúa las placas de pladur con la medida exacta de las paredes de las habitaciones, lo que supone que una persona termine in situ su instalación en el espacio.

Además, gracias a la velocidad a la que se levanta la estructura de madera, la reducción de plazos se da no solo en el proceso interno de construcción sino que posibilita la simultaneidad de trabajos con las obras de urbanización externa al edificio. Hervás explica que su constructora es pionera en este tipo de proyectos aunque es la primera vez que se enfrentaban a procesos de industrialización con madera, su experiencia se basaba hasta ahora en otros materiales.

Saca como conclusión la necesidad de involucrar en el proceso a todos los industriales, ya que la coordinación es básica para una buena adaptación de los tiempos y los trabajos. Además destaca la reducción de oficios convencionales, un aspecto positivo ante la falta de mano de obra en unas profesiones que, "aunque seguirán haciendo falta" como una mano de obra prácticamente artesana, los proyectos industrializados deben ir eliminando del tajo.

Concluye Hervás que "no hemos sido capaces de industrializar proyectos hasta que nos hemos asegurado que es viable económicamente" y ejemplifica que este proyecto se hubiera ejecutado en 22 meses en el modo tradicional cuando han conseguido terminarlo en poco más de 14.

Íñigo Blanco, delegado en Andalucía de Egoin, pone el foco en la sostenibilidad de los materiales. Aporta el dato de que el 56% de la contaminación de las ciudades proviene de los edificios, frente al 13% procedente del tráfico. De ahí la necesidad de bajar el impacto del ciclo de vida de un edificio para cumplir con la normativa europea de cara a 2030.

El interior del edificio Oceanika con la obra casi concluida
El interior del edificio Oceanika con la obra casi concluida

Egoin ha hecho frente con Oceanika a su proyecto más grande en España, con 3.500 metros cúbicos de madera suministrado en 2 días gracias a los 90 camiones que han lo han transportado desde el País Vasco hasta Torremolinos. Acostumbran a levantar edificios de 400 y 500 metros cuadrados en solo dos semanas, aunque este reto se ampliaba hasta los 15.000 metros. Con el cálculo de que cada metro cuadrado de madera es capaz de almacenar un metro cúbico de CO₂, este edificio tiene capacidad para almacenar 3.500 metros cúbicos, el equivalente a lo que contaminan 3.500 coches anualmente.

En cuanto al aporte de EOSS, su director Eduardo Caravé agradece que Oceanika cuente con los 180 baños iguales, lo que ha facilitado también el encargo. Construidos en su fábrica de Puerto Real con revestimientos y equipamientos de Grato, Caravé sostiene que el éxito se basa en la colaboración entre los industriales y narra cómo una vez Egoin ejecutaba las paredes en madera de una habitación, entraban las cápsulas con los baños de EOSS embalados, se instalaba el forjado en madera del espacio y entonces ellos desembalaban y conectaban los baños modulares.

Un edificio honesto desde su materialidad y sistema constructivo

El proyecto arquitectónico, explica José Chamorro, founding parttner de Bakpak Architects, nace de la visión de modularidad bajo tres premisas: el bienestar, la reducción de los tiempos a través de la modularización y la sostenibilidad. Pone el énfasis en la eficiencia y como la madera ha sumado al consumo casi nulo del edificio un impacto igualmente casi nulo gracias a que es un material con un círculo completo sostenible y que, además, permite el ahorro de 3.200 toneladas de dióxido de carbono.

Para su diseño han tenido en cuenta la interacción con el espacio gracias a las zonas verdes que lo rodean y la socialización interior a través de la modularización, hallando nudos en la construcción para las zonas comunes con las que cuenta el edificio. Los espacios exteriores cuentan con espacios infantiles, merenderos y zona de calistenia y todos los apartamentos están orientados al sur hacia donde está el mar.

Otra de las especificidades que tiene el proyecto es su paisajismo mediterráneo, que solo necesita riego durante los dos primeros años para que luego se mantenga por sí mismo con las condiciones climatológicas del lugar. "Los colores, olores y texturas irán cambiando a lo largo del año", relata Chamorro, para integrar los 65.000 metros cuadrados de espacio libre con la ciudad.

Levantar la estructura de madera en un mes y medio ha permitido que se pueda trabajar en otros aspectos de la obra de modo simultáneo, con equipamiento con tecnología 3d como los baños industrializados o 2d con la envolvente del edificio. La fachada presenta un sistema de planchas de acero lacada, con una gran marquesina que da entrada al edificio con la buscan mostrar su complejidad, mientras las paredes, forjados y escaleras se nutren de madera laminada.

Chamorro destaca la iluminación natural, pero sobre todo la materialidad que está tan presente en el proyecto. De hecho, si tuviera que sintetizarlo en una palabra elige "honestidad". La honestidad del edificio desde su materialidad y sistema constructivo, que se muestra al exterior desde su configuración geométrica.

stats